lunes, 21 de abril de 2008

CUENTOS CORTOS HILVANADOS VI




Por R.P.


Sobre artes y esfínteres (segunda parte)




2

Nunca faltan los envidiosos, muchos mediocres, pero algunos con talento. A Jonathan le surgieron varios émulos, ninguno como Ramiro que redobló la apuesta; al acto creativo íntimo, de ribetes casi rituales del famoso artista en la soledad del taller -si se puede llamar así al baño provisto, además de los utensilios habituales, de una magnifica bacinilla de oro como única herramienta de trabajo - opuso la exhibición ampulosa de sus habilidades. Fueron mostradas primero en lugares

underground de Palermo Hollywood,Palermo Soho, San Telmo, Las Cañitas, para recalar de a poco en sitios más cotizados. Sus performances, dicho esto brevemente y a riesgo de no ser totalmente veraces, consistían en evacuar en público fantásticas estatuillas con arte sin par, con el aplauso inicial un tanto desconcertado de amigos, conocidos y familiares; pronto un público cada vez más numeroso –de paladar artístico exigente- le creó una aureola de merecida fama.



Primera obra "evacuada" por Ramiro N.
en la Gran Perfomance.


El paso siguiente fue lógicamente la Gran Galería de Arte, una de las mejores, sino la mejor de Buenos Aires (cuyo nombre vamos a omitir por entendibles razones de decoro, como se verá luego). Se dispuso todo para el evento; nunca las distinguidas salas lucieron mejor y nunca Ramiro se preparó con igual tenacidad. Asistió una selecta concurrencia, amante del arte contemporáneo: Directores de Museos, coleccionistas, empresarios, gente de la farándula, periodistas especializados y de los otros, una princesa europea y hasta un Curador del MOMA, los dos últimos de paso por aquí. Nuestro héroe, indómito, se bajó los pantalones y con garbo de torero se lanzó al ruedo, acompañado por música de tangos electrónicos y juegos lumínicos que seguían acompasadamente sus rítmicos movimientos, lentos o ligeros por momentos, briosos en otros. Se habían dispuesto en el rellano de la escalera, varios cilindros de acrílico traslucido, sin base (craso error), el hueco superior de cada uno adecuadamente mullido para cuidar las preciadas asentaderas; en ellos depositaba sin esfuerzo aparente, los bellos objetos. Podía hacer hasta cinco al hilo, con descansos de 15 minutos entre uno y otro, que los educados espectadores aprovechaban para degustar (comentando los pormenores de la performance) exquisitos bocadillos y finas bebidas, mientras una cohorte de entusiastas seguidores y seguidoras procedían a tapar rápidamente los cilindros para evitar molestos tufillos y con donaire ciertamente, le limpiaban el culo.

Los producción artística en esta fatídica noche fue excepcional hasta la tercera acción, en la cuarta fue el caos. Sin que nada lo hiciera prever, Ramiro fue asaltado de repente por unos fortísimos retortijones, sintió que sus intestinos iban a estallar, trató con desesperación de cerrar los esfínteres, todo inútil, un río de mierda emergió caudaloso, se filtró por debajo del cilindro descendiendo velozmente por los escalones, salpicando paredes, trajes y finalmente cubrió los zapatos que encontró a su paso. Más dañadas fueron las damas con calzados calados, pues percibieron con horror un líquido viscoso y cálido ascendiendo por los pies, muchos de ellos -hay que decirlo- bellísimos.

Del pestilente olor querría no acordarme, pero aún lo llevo como adherido a las fosas nasales, pues fui uno de los presentes -no me atrevo a afirmarlo- privilegiados. Al abandonar la galería, tiré a la calle los refinados zapatos ingleses comprados para la ocasión.

El artista sufre desde entonces un estreñimiento incurable.


Segunda obra "evacuada" por Ramiro N.
en la Gran Perfomance.


Otras consecuencias fueron estas:

a) Jonathan y Ramiro, fueron demandados por Apropiación Indebida de Ideas y Actitudes Creativas (plagio, bah…) por el Caio, iniciador de las proezas artísticos - estomacales.

b) El autor del “Diario de una mujer gorda” (1) se negó a iniciar acciones legales, también por plagio -pese a que se lo recomendaron enfáticamente sus abogados- al narrador de estos Cuentos Cortos sobre artes y esfínteres, o sea a mi.


(1) “Diario de una mujer gorda”
de Hernán Casciari


Tercera obra "evacuada" por Ramiro N.
en la Gran Perfomance.


Para ver la 1º parte de sobre artes y esfínteres hacer clic aquí

No hay comentarios: